P. Alfredo Espinoza Mateus, sdb
aespinoza_mateus@hotmail.com
Al escribir estas líneas parto de una realidad, estoy leyendo y analizando la Constitución. Creo que es deber de todos los ecuatorianos y ecuatorianas hacerlo.
En los casi nueve años como editorialista de este diario no he entrado en temas políticos y hoy tampoco quiero hacerlo. Considero que estas líneas no son políticas, simplemente quieren ser un mensaje a un amigo de muchos años, al Señor Presidente de la República.
Con dolor he escuchado y leído sus declaraciones, las cuales transcribo ahora.: “…la oligarquía de los pelucones también tiene a sacerdotes que en el púlpito promueven el desprestigio a la Constitución…si esto ocurre, párense y digan: padre, ¡usted es un mentiroso!, no tiene derecho a hacer eso. Está traicionando su rol de pastor, no me venga a hacer política en esta Iglesia”
Más adelante expresó: “Cuidado la Iglesia se me está alineando con ciertos grupos y partidos políticos. Cuidado, porque la oligarquía y los pelucones también tienen sus curitas”.
Querido amigo, en primer lugar me guio siempre, como Don Bosco lo hacía, con la “política del Padre Nuestro”, que es la política del Reino. Un Reino de justicia, de verdad, de fraternidad, de vida, de paz y de amor.
En segundo lugar, guían mi vida las palabras de Cristo cuando dice “La verdad os hará libres”. Nadie es dueño de la verdad, el querer serlo es el más grande error que una persona puede cometer.
He dicho a los fieles, que personalmente no diré si deben votar SI o votar NO. Que debemos leer la Constitución, escuchar la voz de nuestros pastores y votar de acuerdo a nuestra conciencia, eso sí, votar de acuerdo a los principios y valores cristianos, que son irrenunciables y “no negociables”, como lo dice Benedicto XVI
Pero por favor, ¡NO NOS AMENACE! No repita el ejemplo de países y presidentes amigos que han amenazado, ofendido, insultado a Obispos y sacerdotes, y lo que es más grave, ahora uno de ellos apoya a una Iglesia paralela.
No crea que las amenazas harán callar a la Iglesia, a los sacerdotes y seglares convencidos de su fe y de sus principios. Al contrario, la voz sonará con mayor valentía, fortaleza y claridad.
Y precisamente, en estos días estamos celebrando los cuarenta años de la proclamación de la Encíclica “Humane Vitae” de Paulo VI. Documento que defiende la vida y que es luz y norte de nuestros principios cristianos en este tema
miércoles, 27 de agosto de 2008
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