Ellos son 50, ustedes son 400

ELLOS SON 50, USTEDES SON 400!
Por Rosalía Arteaga Serrano

Miércoles, 20 de agosto de 2008 3:55 PM

No estaba segura de haber oído bien, por eso tuve que escuchar varias veces la intervención del Jefe de Estado Ecuatoriano, durante la polémica reunión ocurrida dentro de los predios de la Universidad Católica de Guayaquil, antes de hacer este comentario.

Y mi incredulidad y preocupación estaban dadas por no creer que un Presidente de la República, en el ejercicio de sus funciones y refiriéndose a los incidentes que ocurrían fuera del recinto donde se realizaba el evento pueda incitar a estudiantes a agredir a otros estudiantes, diciéndoles que " resuelvan el problema, ellos son 50, ustedes son 400".

Esta es una actitud realmente inconcebible, es una clara incitación a la violencia, a instaurar una lucha interna entre ecuatorianos, peor aún cuando se trata de jóvenes, poseídos de euforia proselitista, que tratan de hacer valer su derecho a la libertad de expresión, a decir con lo que están de acuerdo o en desacuerdo, a expresar su sentimiento respecto de la presencia o no de una autoridad al interior de un predio universitario.

Estas peleas campales no se justifican de ninguna manera, tampoco el que de alguna manera se vulnere la tan preciada autonomía universitaria, que sí está en riesgo si se aprueba la constitución propuesta por los áulicos del gobierno, pero lo verdaderamente pavoroso es esa incitación a la pelea, para dizque defender "la majestad de la presidencia", "la majestad del poder", esto es no solamente insólito sino sobre todo criticable, por lo que rechazamos esta incitación a la violencia que no debe volver a repetirse bajo ninguna circunstancia.

No queremos ver reproducidas en el Ecuador situaciones semejantes a las que se viven en otros países, donde el enfrentamiento entre ciudadanos de un mismo país es cosa de todos los días, no se debe reprimir a la juventud usando la fuerza pública, cuando manifiestan su discrepancias dentro de una campaña electoral ya en pleno auge.

La preocupación que sentimos los ecuatorianos es mayúscula, todos debemos aunar esfuerzos para impedir que el imperio de la represión y de la violencia se enseñoree de este maravilloso país que es el Ecuador, al que lo queremos próspero, justo, equitativo, sin divisiones internas.

¡No señor Presidente!, así no se construye país, así no se fortalece la democracia, así no se imponen criterios ni se transforma la realidad nacional!